lunes, 22 de octubre de 2012

Ejemplo de material que se puede realizar

Esta lápida es un ejemplo de imágenes que se pueden crear para iniciar un debate en clases. Este material fue desarrollado con una pizca de ironía y exigencia de autocrítica, para despertar el interés de los alumnos, en el análisis de la planificación estratégica de una situación vivida el año pasado, las movilizaciones estudiantiles, que tuvo una alta repercusión a nivel internacional y que no sabe al día de hoy qué fue lo que realmente se consiguió con año de muchas interrupciones en las clases.
Como ven, ¡el cielo es el límite!
Saludos,

Luis Fernando del Río

jueves, 18 de octubre de 2012

Ejercicios de trabajo en equipo

La formación de los estudiantes debe abarcar la creatividad para solucionar los problemas que se les presenten.
Comparto con ustedes los trabajos de mis alumnos en IP Santo Tomás.
Debieron construir un robot con materiales de reciclaje.
Ellos disfrutaron mucho con este desafío. Estos son los resultados.....

sábado, 30 de junio de 2012

Educadores en acción.....


Estimados colegas ¿estamos haciendo lo necesario para conquistar el mundo? 
O será que el cansancio y la rutina nos están desviando de nuestra misión principal? 
En todas las propuestas para mejorar la educación no he visto mencionar uno de los problemas principales: la mayoría de los docentes no tienen jornadas en las universidades con horas de consulta para sus alumnos, salvo algunas honrosas excepciones. 
Se está perdiendo esa riqueza del contacto entre profesores y alumnos que existía en la Academia de los primeros filósofos griegos. 
Lamentablemente, el "mercado de la educación" es más fuerte. La formación universitaria es un proceso productivo en lugar de un proceso creativo.
Vosotros, ¿Que opinais?
Saludos,

Luis Fernando

El valor pedagógico del humor en la educación social

Estimad@s
Encontré este libro acerca del tema que me apasiona y quiero compartirlo con ustedes.
Saludos
L.Fdo.

Agrego un video hecho por mi. Ojalá les guste.......

Las ventajas de utilizar el humor en la educación







Mónica Guitart, docente e investigadora, se ha especializado en el humor como recurso didáctico. En esta entrevista, desmitifica la obligada seriedad de una clase e invita a sus colegas a que utilicen la risa en el aula.
Por Leonardo Oliva prensa@uncu.edu.ar

Mónica Guitart es docente de Estadística en la Universidad Nacional de Cuyo, pero sus clases tienen un elemento que “ablanda” la dureza de la asignatura que dicta: el humor. Para ella, reír es un recurso didáctico que mejora el rendimiento de los alumnos y los predispone de otra manera al aprendizaje, mientras que para el docente representa la oportunidad de establecer otro tipo de relación con el estudiante.

En esta entrevista, Guitart -qué investiga hace una década sobre el humor en la educación- explica cuáles son las ventajas de enseñar en un contexto humorístico. “Nuestra meta como docentes no debe ser la de convertirnos en comediantes, sino la de mediar pedagógicamente a través del humor”, define claramente.

-¿Cómo se puede utilizar el humor en la enseñanza?
-Para utilizar el humor en la enseñanza no hace falta ser gracioso ni divertido, a veces ni siquiera es necesario hablar o recordar los chistes, basta con tener sentido del humor y encontrarle sentido a su uso en la educación. Si los alumnos consideran que el chiste tiene gracia, tratarán de recordarlo y al mismo tiempo recordarán aquello que ha querido poner de relieve; logrando así, que quede el concepto.

-¿Qué recursos del humor son útiles en el aula?
-Anécdotas personales, citas, historietas, cartas, relatos breves, listas e instructivos, analogías, definiciones, metáforas, observaciones y ocurrencias, pizarrones, letreros y afiches. Hay que animarse a usar recursos humorísticos sin miedo al ridículo, aprender todo lo que sea posible sobre los alumnos, hablar el lenguaje de ellos y disfrutar del buen humor. Una técnica básica del humor es dirigirse al público con un vocabulario que le sea familiar y que provoque esa ruptura entre lo obvio, lo esperado y el desenlace sorpresivo y sorprendente de la situación humorística.

-¿Qué efectos tiene usar estos recursos humorísticos?
-Los efectos del humor en la enseñanza son tan variados como los aspectos que el humor, por sí mismo, involucra en su estudio. El humor y su correlato, la risa, proporcionan importantes beneficios físicos, psicológicos y sociales. No podemos dejar de pensar que la risa y el humor deberían tener papeles protagónicos en nuestras vidas, como ya lo han advertido, entre otros, los investigadores de las ciencias de la salud y de la comunicación. Así que no hay dudas de que el humor es un arma poderosa en la educación. Puede atraer la atención, crear lazos y hacer más recordable un concepto. Además, puede aliviar tensiones, estrechar vínculos y motivar a los alumnos si es el tipo de humor adecuado a la edad y las circunstancias.

-¿Y cómo se hace para distinguir el límite entre usar el humor y “hacerse el gracioso”?
-Obviamente, hay que distinguir entre ser gracioso y saber comunicar nuestro sentido del humor. Todos sabemos apreciar un chiste, ¡nuestros alumnos también! Los alumnos pueden apreciar el humor de los docentes, más específicamente, su sentido del humor, sin necesidad de ser “payasos”. Nuestra meta como docentes que usamos el humor como un recurso didáctico no debe ser la de convertirnos en comediantes, sino la de mediar pedagógicamente a través del humor. Al ser docentes, y en mi caso, ¡de Estadística!, contamos con una gran ventaja: nadie espera que seamos graciosos. Si no sabemos contar chistes podemos deslizar alguna sutileza, jugar con las palabras, comparar situaciones, redactar problemas con situaciones graciosas, presentar una viñeta, etcétera.

-¿Y ese “buen humor” repercute en el rendimiento de los alumnos?
-Sí, porque los alumnos distendidos producen mejor. La solución creativa a los distintos problemas surge al animarse a flexibilizar nuestro razonamiento, sin temor al ridículo y, tal vez, sólo a partir de un dibujo, como disparador de un camino de solución.

-¿Cuál es la primera respuesta de sus alumnos cuando les propone una situación humorística?
-El primer día de clase es especial porque cuando hago chistes no saben si se pueden reír, entonces surgen risitas entre tímidas y de cortesía. Luego se van animando, y poco a poco, comienzan a reír y disfrutar. Pero en general la respuesta es inmejorable. Crea entre nosotros una relación amena y distendida que les permite acercarse a la asignatura sin miedos, animándose a preguntar y participar con tranquilidad. Tras cada chiste surgen réplicas al mismo, pero réplicas que suponen subir la apuesta, es decir, volver a pensar el concepto involucrado en el chiste y buscar relaciones o consecuencias.

-¿Cuándo descubrió que el humor podía ser una herramienta para sus clases?
-Fue hace más de veinte años, aunque sólo hace unos diez años que investigo sobre su uso en la educación y sus posibilidades de implementación. En un principio, usaba el humor como manera de acercarme emocionalmente a los alumnos, pero luego vi que las anécdotas (personales o no), la invención de chistes o historias, el juego de palabras y otros recursos humorísticos, permitían que mis alumnos recordaran los conceptos que les enseñaba.

-¿Cualquier docente puede utilizar el humor en una clase?
-No puede ser utilizado por alguien que no lo desee o no tenga interés en implementarlo, ya que lo más importante es sentirlo, tener ganas de comunicar con humor y creer que sirve para la clase. Difícilmente surta efecto un chiste dicho por un profesor que no tenga una buena relación con sus alumnos, porque el sentimiento será: “Y encima se quiere hacer el gracioso”. Ni el mejor de los chistes es bien recibido de alguien a quien no estimamos. Pero si el docente disfruta las clases y la interacción con sus alumnos a través del humor, logrará que los chistes considerados graciosos sean recordados y al mismo tiempo recordarán aquello que ha querido poner de relieve. Además, logrará provocar momentos de aprendizaje y distensión, lo cual favorece la atención y la creatividad.

-¿Y puede ser usada esta herramienta para cualquier disciplina educativa y a cualquier edad?
-Sí, sin dudas. La dificultad está en los que deben usar el humor. Muchos lo consideran como algo frívolo, incompatible con la educación, ya que enseñar con humor hace que se pierda el rigor científico. ¡Cómo se va a “ensuciar” la formalidad e importancia de una ciencia (cualquiera sea) con un chiste! El humor puede emplearse en la enseñanza como recurso para amenizar y distender, pero también puede tener otros empleos. Pablo Flores, investigador español, aboga por el empleo del humor en las comunicaciones entre educadores matemáticos, con el fin de favorecer el contraste de representaciones. La situación humorística utilizada para educar es como una píldora, un concentrado que produce una intuición, no siempre ayuda a hacer un recorrido cognitivo completo, pero lo puede suscitar, movilizar, motivar, y en los casos que ya se ha construido el aprendizaje, logra reforzarlo y fijarlo.

-¿Qué lugar ocupa el estudio del humor en la enseñanza en Lationamérica y en el mundo?
-Si bien hay importantes estudios sobre el humor en la enseñanza, no son abundantes y, casi siempre, hacen referencias a experiencias personales desarrolladas por investigadores que destacan las virtudes y rara vez presentan una crítica formal o las desventajas de su implementación. La mayoría de los estudios son europeos y estadounidenses. Creo que esto se debe a la falta de apoyo que se da a las investigaciones en Latinoamérica, y en especial, a estas temáticas, y no al interés que los docentes latinoamericanos tenemos para mejorar nuestras clases a través del humor. Aunque, vale aclarar, existen excelentes docentes de distintas partes del mundo que rechazan el uso del humor en clase.
Las risas en clase, sin ser motivadas por los docentes, son causa de sanción inmediata o del clásico comentario: “Cuéntenos el chiste, así nos reímos todos...”, pero, ¿y las risas motivadas por los docentes?. Lamentablemente, son escasas. Los docentes tienen miedo a perder el control, a ser objeto de burlas, a exponerse demasiado, a ser considerados menos académicos. La seriedad impera en la educación, ¡cotiza muy bien y está en alza!

-Pero es que está mal visto reírse en clase…
-Sí, el humor y la risa prácticamente están prohibidos en el aula, censurados por los mismos docentes. Hemos dicho que son pocos los investigadores en educación y los docentes que se han dedicado al estudio del humor, o que aplican de manera programada el humor como recurso didáctico. ¿Y por qué ocurre esto? En parte, porque la risa y el humor siguen resistiéndose a una definición teórica y su estudio empírico o teórico es muy complejo, pero fundamentalmente porque se cree que es algo “poco serio”, sin nivel, que no aporta demasiado, que si surge espontáneamente... bueno, está bien... pero... ¿planificarlo, prepararlo, pensarlo como motivador o disparador para fijar conceptos, para incitar a la crítica?... ¡Jamás!
Fuente: http://www.uncu.edu.ar/novedades/index/las-ventajas-de-utilizar-el-humor-en-la-educacion

El humor facilita la interacción con los participantes en cursos o talleres



Cuando comienzo una sesión de clases en la universidad o talleres de capacitación lo primero que hago es mostrar un video muy divertido y de corta duración. Esta acción permite obtener la risa de los participantes, requisito necesario para lograr una apertura mental y actitud positiva al aprendizaje. Repito el recurso cuando veo que la atención comienza a decaer.
Si mis profesores en la universidad hubiesen tenido la posibilidad de usar estos recursos me habrían quitado muchas horas de sueño, je je je.

miércoles, 27 de junio de 2012

Bienvenida

Hola, aunque pueda parecer raro el título de este blog, no es lo que creen. La risa es un elemento muy importante en nuestra vida y no hemos sabido integrarla en las aulas de clase. Con este Blog intentaré compartir algunos secretos que han resultado muy útiles en mi trayectoria de docente universitario y facilitador de capacitación.